diumenge, 26 de gener del 2014

LIBERTAD DE EXPRESIÓN


En varias ocasiones he pensado: "Voy a dejar de escribir, ¿por qué ser arrastrado por este impulso que me obliga y casi subyuga?, quiero ser libre de esta pasión que me vence y me domina". Pero luego no puedo resistirlo, ¿es una enfermedad, es un vicio, tal vez una necesidad?. Intento no escribir, procuro soportarlo y no puedo, hay un fuego metido dentro de mis huesos que me consume, que no me deja, hierve mi sangre, me sube por el alma hasta la garganta y acaba erupcionando como un volcán...

Me siento como un esclavo, tengo que escribir... Y mis letras se vuelven cadenas, deseo huir y escapar, a un lugar lejano, tal vez una isla perdida, no localizada en los mapas. Pero las letras me persiguen como si yo fuese un fugitivo, y me encuentran, a pesar del escondrijo y del incógnito. Yo corro para alejarme de las palabras, de las comas y de los acentos, pero me atrapan con su sagacidad y con sus ágiles argumentos. Las rimas me guiñan el ojo y después me encadenan a sus antojos, me esposan cruelmente con la belleza de sus entonos.

Quiero ser libre de la necesidad de escribir, sólo quiero vivir, sentir, imaginar, volar y soñar. Me resulta pesado convertir las emociones en palabras, en frases, en versos, cuando estos nunca logran captar el sentimiento, el pensamiento ni el movimiento. Siento rabia, deseos de romper las hojas de papel, lanzar al vacío las frías máquinas de escribir. No encuentro las palabras exactas, están vacías, limitadas, vendidas a la conveniencia, al acople y a la estructura. Respiro y aspiro, a que mis sentimientos se conviertan en tinta viva, que golpeen el papel vacío y aburrido, que lo destrocen a golpes de emociones e ilusiones. Quiero arañar el papel, blanco y absurdo, estrellarlo contra el suelo, arrancarle de un tirón su aire burlón. Quiero abrir mi pecho en dos, arrancarme el corazón y estamparlo sobre el papel sin más connotación, no pensar en los juegos de palabras ni en el significado exacto de las letras. Demasiados sentimientos para tan pocas palabras, muchas emociones para tan sólo veintisiete letras del abecedario. Como intentar meter el océano en un cubo, o encerrar el cielo en una jaula.

Quiero escribir lo que pienso, ,lo que siento, con brochas de colores, sobre el óleo y sin reglas. Plasmar sin más lo que soy, sin marcos, sin adornos, sólo fuego, sólo mar embravecido, salvaje, natural y extenuantemente libre. Las palabras son un vulgar artificio, una patraña, una estafa, para aquel que quiere reflejar la realidad sin alterarla. No puedes escribir un sentimiento sin mancharlo de inexactitud, de inexpresión. No puedes reducir a una frase una emoción, una pasión, una ilusión. Las rimas diluyen la esencia de mis temores, adulteran la magnificencia de mis gozos, porque son más que esbozos. ¿Quién me librará de este alma de escritor?, yo tan sólo quiero navegar, danzar, saltar, y sobre todo escribir, plasmar las frases con pasión. ¿y si cada estrella fuese una letra, y entre ellas formaran infinidad de palabras?. Cuenta las estrellas, si es que puedes...

Juanjo Conejo
Estudiante de 1º de periodismo

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