diumenge, 26 de gener del 2014

¿DEMOCRACIA O DICTADURA MAQUILLADA?


Ya nadie tiene duda, la democracia no es el mejor de los sistemas de gobierno, o al menos no la democracia que actualmente conocemos, ideal en sus planteamientos teóricos, pero incoherente en los ejercicios prácticos. Somos ciudadanos en las manos de una dictadura maquillada, que usa pintalabios para seducir con un falso discurso y lápiz de ojos para cautivar con promesas que después serán incumplidas.

Durante muchos años nos hemos tragado el anzuelo por causa de los amplios tratamientos de belleza a los que se ha sometido a la democracia, y ahora ante una crisis que parece no tener fin, caemos en la cuenta de que hemos sido engañados, de que se nos vendió gato por liebre. Nadie se preocupa de que la nuestra era una democracia de escaparate mientras el sistema aseguraba un mínimo de bienestar para todos, y ahora que el sol de la necesidad aprieta con intensidad, vemos el verdadero rostro de la democracia, el de una democracia que nos ha estado vendiendo sus programas de gobierno como si fueran un producto, aplicando las técnicas del marketing y de la publicidad, y convirtiendo las campañas electorales en un circo ambulante.

Hay arrugas en la faz de nuestra democracia, producto de una dictadura heredada del pasado, y de la que todavía no nos hemos desprendido. La democracia nos sonríe burlona, y tras las fundas de dientes se esconden los colmillos de un tiburón que nos está devorando. Nuestra democracia tiene ojeras, y la solución no es aplicar polvos para ocultarlas, sino destapar la cruda realidad de que no se han estado haciendo bien los deberes, y ahora estamos pagando el precio de una pésima gestión que no ha sabido prevenir lo que se estaba cociendo en la cocina de la economía internacional.

Para un análisis certero de nuestra forma de gobierno, habría primero que aplicar un producto desmaquillador al rostro de nuestro sistema democrático, ¿qué veríamos entonces?, seguramente una dictadura que como un camaleón está hábilmente camuflada. ¿Dónde están los auténticos valores de la democracia?, ¿acaso otorgar un voto es entregar un cheque en blanco a aquellos a quienes hemos apoyado?.

Juanjo Conejo
Estudiante de 1º de periodismo

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