diumenge, 26 de gener del 2014

EL CAOS: LA VERDADERA DOCTRINA DEL SHOCK


Para Naomi Klein, las guerras, las represiones y las crisis económicas son técnicas previamente elaboradas y llevadas a cabo con el fin de introducir en el mundo el neoliberalismo. Tal afirmación me parece demasiado simple, sería reconocer que la sociedad está completamente ciega, que se ha vuelto incapaz de analizar de forma juiciosa los acontecimientos de nuestra historia reciente, y por ende incapaz de tomar las decisiones más apropiadas para el bienestar general de la sociedad.

Klein traza un paralelismo entre la doctrina del shock y los acontecimientos en la sociedad a nivel mundial en los últimos sesenta años. Como teoría resulta interesante, pero dudo de la validez de su planteamiento, ya que creer en esa teoría implicaría salir a la calle y hacer algo al respecto, y hemos de reconocer que eso no está ocurriendo. Más bien la sociedad está sumida en un sueño, quizá provocado por la verdadera doctrina del shock, el caos mundial.

¿Y si las teorías que abandera Klein son un marketing para vender su libro? Cuesta creer que exista tanta maldad disfrazada de política, y que hechos tan espeluznantes oculten simplemente intereses económicos. Creer que está ocurriendo un capitalismo del desastre, como una técnica para hacer nuevos negocios, o que las guerras están provocadas para favorecer a la industria del armamento, se me antoja un análisis demasiado superficial.

Considero que el verdadero enemigo de la humanidad no es el capitalismo, ni el neoliberalismo, sino la indiferencia con que la sociedad pueda tomar acontecimientos trascendentales de la historia. La fuerza de la doctrina del shock se basa en el aislamiento sensorial, que según el Dr. Donald Hebb, tiene como objetivo reducir la capacidad crítica y nublar la mente, lo que lo convierte en un arma potente, tan potente que le hizo abandonar el experimento basado en el aislamiento sensorial. Si esto fuera así, sería un contrasentido, precisamente porque este shock provoca la reacción contraria, es decir, sacarnos de la rutina y elevar nuestra capacidad crítica, despertando en la sociedad el instinto de la revolución.

La sociedad no es tan débil como para poder manipularla tan fácilmente, por eso creo que Ewen Cameron se estaba equivocando en sus descabellados experimentos, al desconocer la verdadera fuerza de resistencia de la naturaleza humana. Tal como dice el documental al final, la doctrina del shock solo funciona si no sabemos que existe, pero lo sabemos, y lo sabemos mucho antes de que en 1.951 se reunieran representantes de las agencias de inteligencia occidentales para lograr que el ejército financiara una investigación sobre el aislamiento sensorial. Esta técnica no es nada nuevo, existe desde el origen del hombre, y no es fruto de la inteligencia, sino de la depravación humana. Un hecho que me sorprende es que Milton Friedman lograra en 1.976 un Premio Nobel de Economía con planteamientos tan antiguos como la humanidad. Friedman no descubrió nada nuevo, tan solo dio rienda suelta a una imaginación delictiva, con su teoría de que las crisis pueden usarse para una "terapia de shock" a favor del libre mercado como la única vía para escapar de la decadencia económica y de la pobreza masiva.

¿Acaso se pretende desviar la personalidad de la sociedad aplicando a la política y a la economía el manual KUBARK contra el espionaje? ¿Sembrar el miedo hacia un enemigo imaginario para forzar a la sociedad a aceptar el capitalismo? ¿Aterrorizar al pueblo para que acepten medidas económicas que favorezcan el neoliberalismo? ¡Esto es completamente absurdo! Estaría de acuerdo si pensara que la sociedad se volvió loca, que se embriagó de estupidez. Confío que la sociedad sabrá sacudirse de encima toda política que vaya contra los principios éticos esenciales, que sobrevivirá a todas las doctrinas del shock, si es que existen realmente. Creo que lo que está ocurriendo realmente es que se ha perdido el control, y nadie sabe como recuperarlo, por tanto, se atacan los unos a los otros, movidos más por el pánico que por la inteligencia.

Negar la historia es cerrar los ojos, perder el uso de la razón, y repetir los errores del pasado. Y la historia demuestra que el bien ha logrado siempre vencer al mal, aunque sea a precio de la sangre de muchos inocentes. Así seguirá ocurriendo. Mirar hacia atrás resulta duro, muy duro, pero es necesario para comprender que todos los intentos de mentes depravadas para alcanzar riqueza y poder por toda clase de métodos producto de la imaginería humana, han fracasado estrepitosamente. Todas las formas de gobierno y sistemas políticos son frágiles, ninguno logra resistir en el tiempo. Esto es positivo para la salud social y el bien de la humanidad. Solo la cordura colectiva nos lleva siempre hacia delante.

Por tanto, me parece muy retorcido pensar que el atentado del 11-S de 1.991, por citar un ejemplo, fue un plan elaborado para dar auge al negocio de la seguridad. De la misma manera, me parece una locura pensar que las crisis económicas y las catástrofes ambientales hayan sido usadas para introducir reformas neoliberales que han llevado a la demolición del Estado del Bienestar, así como pensar que “la guerra al terror" sea la excusa para ocultar la venta de la defensa nacional a las empresas privadas y el pleno control del petróleo. No puedo creer que exista tal grado de maldad en la humanidad. ¿Utilizar la guerra como tortura de masas?, creo que realmente nadie desea las guerras, y que estas no son beneficiosas para nadie, por tanto, ¿por qué provocarlas?

Lo que sí existe es un caos mundial, al que nadie sabe poner orden, porque nadie sabe exactamente lo que está pasando. Y eso sí que es una auténtica doctrina del shock, la doctrina del caos, de la que nadie se confiesa inventor, pero que afecta al mundo desde un extremo al otro.

Juanjo Conejo
Estudiante de 1º de periodismo

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