diumenge, 26 de gener del 2014

LA PRENSA EN CATALUNYA: ¿INFORMACIÓN O DESINFORMACIÓN?

 

16 de diciembre de 2013

En Cataluña la historia de la prensa comienza con el nacimiento en la ciudad de Barcelona del “Diario Curioso” en 1762. Treinta años después llegaría un hecho aún más importante, la fundación del “Diario de Barcelona” en 1792. La prensa catalana tuvo su auge a lo largo del siglo XIX, experimentando su mayor gloria entre los años 1890 y 1920, donde se consolidaron los diarios modernos basados en la objetividad y la imparcialidad.
Han pasado dos siglos y medio, mucho ha llovido desde entonces sobre las páginas escritas de la prensa, la tinta se ha corrido, los valores se han perdido y yo me pregunto: “¿Qué queda de la pasión, de la ética, de la objetividad y de la imparcialidad de esa antigua forma de hacer periodismo?”. Me planteo serias dudas acerca de la objetividad de la prensa de hoy, que más bien parece servir a determinados sectores de la sociedad y no a la ciudadanía en general. Los grandes grupos empresariales de comunicación actuales, a los que pertenecen los dos diarios más importantes de Cataluña, “El Periódico” (Grupo Zeta) y “La Vanguardia” (Grupo Godó), ¿están motivados por la veracidad y la neutralidad informativa, o tan solo se han convertido en un negocio más sin moralidad donde lo importante es hacer dinero?.
Hace una semana, Santiago Tejedor, Vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona), realizó la siguiente afirmación: “En la actualidad el periodismo es uno de los tres oficios con más desprestigio que existen”. La prensa catalana ha perdido credibilidad, es papel mojado, ¿estamos en la era de la desinformación?. En la Wikipedia puede leerse lo siguiente: “La desinformación es la acción y efecto de procurar en los sujetos el desconocimiento o ignorancia y evitar la circulación o divulgación del conocimiento de datos, argumentos, noticias o información que no sea favorable a quien desea desinformar. Habitualmente se da en los medios de comunicación”. ¿No puede ser este el motivo de esa pérdida de prestigio del oficio periodístico?. No cabe duda, la prensa está vendida, o como mínimo controlada por el poder económico y político. El periodista no es libre para ejercer su oficio según los valores con que su labor debería ser abanderada.
Entre 1868 y 1874 se produjo una revolución en el campo del periodismo, coincidiendo con la concentración de la población en las ciudades y la difusión de la alfabetización. Catorce décadas después nos hallamos en plena era digital. ¿Es necesaria una nueva revolución?. Hay páginas en blanco esperando que toda la verdad sea escrita, harán faltas ríos de tinta para decir todo cuanto no se ha dicho, y que debe ser dicho le pese a quien le pese, y pase lo que pase, si es que el periodismo quiere recobrar la dignidad que merece como labor social, la de llevar a toda la población una información verdaderamente objetiva e imparcial. Nunca antes ha sido tan necesario que la palabra escrita sea esgrimida como una espada en la lucha contra la corrupción. Para la salud intelectual de la sociedad es necesario que la prensa aplique el bisturí sobre el cáncer desinformativo que nos amenaza, y cuyos síntomas se observan desde hace mucho tiempo, una crisis de valores, de aquellos principios de los cuales la prensa debe ser estandarte. La resurrección es la revolución: Devolver el alma al periodismo.
Juanjo conejo
Estudiante de 1º de periodismo

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