En
varias ocasiones he pensado: "Voy a dejar de escribir, ¿por qué
ser arrastrado por este impulso que me obliga y casi subyuga?, quiero
ser libre de esta pasión que me vence y me domina". Pero luego
no puedo resistirlo, ¿es una enfermedad, es un vicio, tal vez una
necesidad?. Intento no escribir, procuro soportarlo y no puedo, hay
un fuego metido dentro de mis huesos que me consume, que no me deja,
hierve mi sangre, me sube por el alma hasta la garganta y acaba
erupcionando como un volcán...
Me
siento como un esclavo, tengo que escribir... Y mis letras se vuelven
cadenas, deseo huir y escapar, a un lugar lejano, tal vez una isla
perdida, no localizada en los mapas. Pero las letras me persiguen
como si yo fuese un fugitivo, y me encuentran, a pesar del escondrijo
y del incógnito. Yo corro para alejarme de las palabras, de las
comas y de los acentos, pero me atrapan con su sagacidad y con sus
ágiles argumentos. Las rimas me guiñan el ojo y después me
encadenan a sus antojos, me esposan cruelmente con la belleza de sus
entonos.
Quiero
ser libre de la necesidad de escribir, sólo quiero vivir, sentir,
imaginar, volar y soñar. Me resulta pesado convertir las emociones
en palabras, en frases, en versos, cuando estos nunca logran captar
el sentimiento, el pensamiento ni el movimiento. Siento rabia, deseos
de romper las hojas de papel, lanzar al vacío las frías máquinas
de escribir. No encuentro las palabras exactas, están vacías,
limitadas, vendidas a la conveniencia, al acople y a la estructura.
Respiro y aspiro, a que mis sentimientos se conviertan en tinta viva,
que golpeen el papel vacío y aburrido, que lo destrocen a golpes de
emociones e ilusiones. Quiero arañar el papel, blanco y absurdo,
estrellarlo contra el suelo, arrancarle de un tirón su aire burlón.
Quiero abrir mi pecho en dos, arrancarme el corazón y estamparlo
sobre el papel sin más connotación, no pensar en los juegos de
palabras ni en el significado exacto de las letras. Demasiados
sentimientos para tan pocas palabras, muchas emociones para tan sólo
veintisiete letras del abecedario. Como intentar meter el océano en
un cubo, o encerrar el cielo en una jaula.
Quiero
escribir lo que pienso, ,lo que siento, con brochas de colores, sobre
el óleo y sin reglas. Plasmar sin más lo que soy, sin marcos, sin
adornos, sólo fuego, sólo mar embravecido, salvaje, natural y
extenuantemente libre. Las palabras son un vulgar artificio, una
patraña, una estafa, para aquel que quiere reflejar la realidad sin
alterarla. No puedes escribir un sentimiento sin mancharlo de
inexactitud, de inexpresión. No puedes reducir a una frase una
emoción, una pasión, una ilusión. Las rimas diluyen la esencia de
mis temores, adulteran la magnificencia de mis gozos, porque son más
que esbozos. ¿Quién me librará de este alma de escritor?, yo tan
sólo quiero navegar, danzar, saltar, y sobre todo escribir, plasmar
las frases con pasión. ¿y
si cada estrella fuese una letra, y entre ellas formaran infinidad de
palabras?. Cuenta las estrellas, si es que puedes...
Juanjo
Conejo
Estudiante de 1º de periodismo
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada