dijous, 1 de gener del 2015

EL NIÑO DE LA CARA SUCIA


Un hombre (o mujer) se siente un fracasado sin un hogar donde cobijar y cuidar a su familia, y aunque el hogar no son los ladrillos con los que está construido un edificio, el cemento es necesario para dar forma a ese concepto al que llamamos “hogar”. La frase “el dinero no da la felicidad” se ha dicho hasta la saciedad, pero también es cierto que si no se pueden cubrir las necesidades básicas el dinero resulta esencial para llevar una vida como mínimo digna. Desde que estalló la crisis se han producido en España más de 400.000 ejecuciones hipotecarias y una gran parte ha acabado en desahucio. Este drama afecta a miles de familias, siendo la falta de empleo la causa principal de esta alarmante situación. ¿Quién dijo que los hombres no lloran?, quizá lo hagan a escondidas para que sus hijos no les vean, alguien en la familia tiene que estar fuerte, aunque solo sea en apariencia. El desahuciado mira al cielo e intenta sonreír, aunque los valores más altos de la sociedad hayan sido pisoteados. Pero no pierde la esperanza de que alguien salve al niño de la cara sucia.

¿A quién le importa en realidad?, no al Gobierno desde luego, los políticos solo manejan datos estadísticos, no se preocupan por conocer quien hay detrás de cada historia de desahucio. Sin embargo, cuando quieren cosechar votos organizan los llamados “café tertulia” para hacer ver que se interesan sinceramente por las necesidades de la gente. No ven al pueblo como personas que tienen unas necesidades que cubrir, sino como votos potenciales para conseguir sus propios propósitos. Hay que recordarles que de fragilidad estamos todos vestidos, que nadie escapa a un posible infortunio. Cada día sale el Sol para todos, incluso para los políticos corruptos que engañan al pueblo haciéndoles creer que el bienestar de la gente les importa. Son payasos de un circo falsamente llamado democracia. Gran ciudad de luces y de desencantos, de colores y de lamentos. Que caigan mis lágrimas sobre el cemento, mezcladas con la arena, se convertirán en hormigón para construir un hogar donde no falte la leña y no pase frío el niño de la cara sucia.

Juanjo Conejo

Estudiante de 2º de periodismo

Autor de la pintura: Jesús Hurtado

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