Entrevista a Pepe
Rodríguez Doctor en Psicología y profesor de periodismo
“En
el periodismo la gente se ha prostituido sin ser conscientes de que
se estaban prostituyendo”
Vivimos
inmersos en la era de la comunicación, la red se ha convertido en un
coloso por medio de la cual nos llegan un sin fin de noticias.
Tenemos
a nuestro alcance más información que nunca, ¿pero estamos mejor
informados?. Según las encuestas el periodismo se ha convertido en
uno de los oficios más desprestigiados que existen.
Para
tratar este tema tenemos con nosotros a Pepe Rodríguez, Doctor en
psicología y profesor de periodismo en la Universidad Autónoma de
Barcelona. Con su ayuda intentaremos aclarar los motivos que han
hecho que el periodismo haya perdido la credibilidad y qué se puede
hacer para recuperarlo.
Juanjo
Conejo:
¿A
quién beneficia la pérdida de credibilidad del periodismo?.
Pepe
Rodríguez: Pues
beneficia al poder. El único beneficiado siempre que hay una mala
calidad de la información es el poder, que es quien tiene más
interés en ocultar. Es un problema muy complejo porque afecta a
todos, y todos somos responsables. Los que hacemos información
porque nos hemos prostituido, y los que consumimos información
porque nos hemos corrompido y ya consumimos cualquier cosa creyendo
que es información.
JC:
¿Se han ganado a pulso los periodistas esta pérdida de crédito?.
PR:
Sin duda alguna, y me duele decirlo. En España, durante el
franquismo, no había buen periodismo. En la transición hubo un
intento, y yo creo que se logró, de inventar un periodismo que no
existía. Se hizo un buen periodismo, con muchos errores, sin duda
alguna, pero se hizo un nuevo periodismo democrático, valiente,
comprometido. Se hizo periodismo de investigación, cosa que nunca se
había hecho, y que no se ha vuelto a hacer.
JC:
¿Y esta mejoría cuánto tiempo duró?.
PR:
Fue
flor de pocos días, porque a partir del año 82-83 la cosa empezó a
cambiar. Y cambió por un montón de motivos. En principio, y parece
que no tuvo nada que ver, y tuvo mucho que ver, con la victoria
socialista. Mientras el poder estaba en manos de la derecha, de una
derecha que se veía como heredera del franquismo, era muy fácil
criticar al poder. Cuando llegaron al poder los socialistas hubo una
auto censura importante, “coño, es que estos son de los nuestros”,
y la gente empezó a callar cosas que fueran de los suyos.
JC:
¿Y qué ocurrió entonces?.
PR:
Los
directores se volvieron cada vez más cobardes y no se enfrentaban a
nadie. A eso se añadió otro problema mucho más grave: un cambio en
la estructura empresarial. Los empresarios que iniciaron la
transición les interesaba el periodismo, era su negocio y procuraban
que la información fuera buena. A los empresarios que vinieron
después la información les interesaba tres pimientos, les
interesaba el dinero, el negocio de la publicidad, y esta requería
de un entorno sin demasiados problemas.
JC:
¿Cuál fue el resultado?.
PR:
Se
empezó a corromper la función del periodismo, y por tanto, el
trabajo de los periodistas se fue degradando. De hecho a partir del
año 87 yo dejé de estar en prensa escrita, porque estaba muy
prostituida. Y ahora estamos infinitamente peor que en esa época,
porque hemos pasado de buscar buena información a consumir cualquier
basura.
JC:
¿Qué le parece más imperdonable en la actitud de los periodistas?.
PR:
En esta
profesión la gente se ha prostituido sin ser consciente de que se
estaba prostituyendo. Se ha perdido la calidad, se ha perdido el
oficio. El periodista tiene toda la culpa de haberse prostituido y
haber callado. Eso sí, muchísimos se han prostituido a buen precio.
Es ahora que se cobra poco en periodismo, pero hay miles de
periodistas que están cobrando un dinero que no se merecen, lo
cobran desde hace muchísimos años, y esos son los responsables de
la prostitución de este oficio por causa del servilismo.
JC:
¿Tan grave es?.
PR:
No
tiene perdón. Se puede admitir en otras profesiones pero en
periodismo eso es imperdonable. Por tanto, lo que nos pasa a los
periodistas nos lo merecemos, nos lo hemos ganado. El problema es que
quien lo va a pagar es quien no se lo merece, la gente que entra
ahora en la profesión. Quien deberíamos pagarlo somos los de mi
generación, que somos los que inventamos el periodismo, lo
prostituimos y lo destrozamos. Y nuestra generación no vamos a pagar
ese precio. Ese es el problema.
JC:
¿Cómo pueden los grupos de comunicación lograr la independencia y
libertad informativa?.
PR:
Haciendo
también
responsables a los ciudadanos. Hacer buena información cuesta
dinero, no es gratis. Nos han convencido por intereses bastardos que
Internet era gratis, y por tanto a nadie se le ocurre pagar por la
información. La información digital casi siempre es floja, pero con
eso ya nos sentimos contentos. Esa cuesta abajo de todo gratis nos ha
llevado a la ruina de los medios de comunicación, que tienen que
vivir de la venta de la información.
JC:
¿Propone alguna solución?.
PR:
La
buena información no ha de ser gratis jamás. Si no estamos
dispuestos a pagar la cosa cada vez será peor. No hay manera que una
empresa pueda sobrevivir holgadamente y no hay manera de que el
ciudadano piense que para estar bien informado ha de pagar. Quizá no
ha de pagar 100 euros al mes, pero con 0,50 céntimos a la semana, si
lo pagamos todos, seguramente podemos alimentar grandes periódicos y
cadenas de noticias.
JC:
¿Qué se puede hacer desde las facultades universitarias para
mejorar la credibilidad periodística?.
PR:
Poco podemos hacer, salvo decirles la verdad. Contarles que lo que
enseñamos aquí está muy lejos de lo que se hace en la calle. Los
que hacen prácticas en los periódicos salen frustrados, porque
tienen una visión idílica que no tiene nada que ver con el mundo
real. Hay que enseñarles una doble visión: qué es buen periodismo
y cómo hacerlo y cómo sobrevivir en un mundo donde se hacen mal
periodismo, para que algún día se sientan orgullosos de hacer un
buen trabajo y puedan cambiar esta profesión recuperando los valores
sociales y democráticos que tiene este oficio.
JC:
¿Qué cree usted que es primordial para recuperar el crédito
periodístico?
PR:
Dignidad.
Que los periodistas entendamos que esto es un oficio y que tenemos
que estar sindicados. Solamente una profesión organizada se puede
enfrentar a una patronal corrompida. Hay que presionar para que las
empresas cambien y creo que ya hemos llegado tarde.
JC:
¿Por
qué?
PR:
Porque hemos decepcionado tanto al cliente que consume nuestro
producto que costará mucho convencerle de que merecemos
credibilidad. El crédito que hemos perdido en tan poco tiempo
tardaremos muchísimos años en recuperarlo. Los periodistas de hoy
no pueden enseñar nada a nadie, porque no son un buen espejo, no son
una buena imagen y no son un referente para que como consumidores
cambiemos la actitud que tenemos hacia ellos.
Juanjo Conejo
Estudiante de 1º de periodismo
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